Sentir el significado de nuestra Labor

Dolors y José

Mes de agosto,  periodo del año que todo el mundo habla de vacaciones. Lógico, porque la mayoría de las personas las están disfrutando, otras las han disfrutado ya y algunas las van a disfrutar en breve.

Yo, este año,  las iba a realizar de forma diferente. Creía tener la necesidad de marchar de retiro unos días para conectar con mi interior, para trabajar la espiritualidad, para volver a encontrar el significado de la labor que desempeño…

Pero en cambio, aquí  estoy trabajando todavía. Un montón de pensamientos y preguntas pasan por mi mente.

Entonces la vida te trae las respuestas. Me pide visita Dolors. La conozco desde hace más de una década; a ella y a su familia. Mientras yo no tenía claro porque mis vacaciones se habían torcido. Dolors viene a recordarme que hay personas que realizan su labor sin tregua ni descanso. Ella es una de esas personas que tienen que dedicar su tiempo a ser cuidadores de familiares con algún grado de dependencia. Ella es una persona jubilada que ha dedicado su vida al servicio de la comunidad, como educadora en una guardería. Ahora sigue ocupándose de la pequeña comunidad que forma su unidad familiar; realizando el servicio de cuidar a su marido Jordi diagnosticado de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y a su madre, que  también tiene un alto grado de dependencia.

Su actitud de servicio nos hace ver que todos formamos parte de un conjunto, somos una unidad dentro de un todo. Somos elementos constructivos de la sociedad en la medida que aportamos algo. La actitud de servicio nos acerca al nivel espiritual; porque la espiritualidad es un nivel superior de desarrollo en el cual las personas afrontamos situaciones en las que otros o nosotros mismos huiríamos ya que estamos desarrollando una capacidad de concentración, de conciencia que antes no habíamos conseguido.

Vivir atendiendo al otro muestra que nos interesamos por la sociedad. Ciertamente no podemos descuidarnos a nosotros mismos, porque el cuidarnos nos va a permitir estar bien para servir.

La actitud de servicio da color y calor a todo lo que hacemos. Por la ley de Resonancia algo curioso ocurre. Colaboramos participando activamente con los demás y esto provoca en los demás una colaboración hacia nosotros. Pero este servicio no ha de ser tan sólo con la cabeza o con la actividad física de mi cuerpo. Este servicio a de ser con el corazón. Esto provoca automáticamente la aceptación y la colaboración activa de los demás.

La ley espiritual de Resonancia, habla de cómo al entregarnos de manera consciente pero incondicional al servicio del todo, provocamos una respuesta total del otro. Esto lo vemos claramente en el sentido opuesto, es decir, en la medida en que yo esté regateando y defendiendo mi posición, estoy provocando la lucha, la oposición exterior. Por ello, la clave está en hacer las cosas desde el corazón, con entrega; pero con la autenticidad de ser uno mismo. Aprendiendo a vivir en la presencia de nuestra propia profundidad. Una profundidad que me permite ser útil a los demás de algún modo, en algún grado. Lo cual restituye de alguna manera lo que de hecho estoy recibiendo de los demás, dándome cuenta o sin dármela. Porque en el momento que podemos interesarnos de veras por otro, por lo que vive, por lo que le ocurre, por lo que siente, en ese mismo momento mis problemas se ponen de forma natural en su sitio, parecen desaparecer. Ya que entonces vivo desde un amor incondicional muy diferente al amor exclusivo (amor a mí mismo y a lo que llamo mío).

Toda evolución en la conciencia, toda evolución interior, consiste en aprender a descubrir esa dimensión del amor a los otros como a uno mismo. Por ello, mantengamos en la medida de lo posible ese tipo de amor en nuestras almas. Produciendo una realización a nivel humano, psicológico y espiritual.

Muchas gracias Dolors, porque el ejemplo del día a día de tu vida me hizo recordar todo esto.

http://satemsalut.com