Ver el espíritu humanitario y compasivo de las personas

Josep&José
Selfi realizado por José M. Nebot en el que aparece Josep Serres

El espíritu humanitario se ve en los actos y no en las palabras. La Madre Teresa de Calcuta comentaba: «…debería hablarse menos; un lugar de predicación no es un lugar de encuentro. ¿Qué haces entonces? Coge una escoba y barre la casa de tu prójimo. Eso dice mucho».

Cuando alguien toma la decisión de ayudar a alguien, o  a otras personas; está realizando una acción generosa, altruista y desinteresada. Es una acción voluntaria que convierte a la persona que la realiza en VOLUNTARIO. Realizar una labor voluntaria es mostrar nuestro espíritu humanitario.

El voluntario es aquella persona que transciende las responsabilidades normales de individuo, ejerce el principio del espíritu humanitario y compasivo que toda persona humana lleva en su ser.

Pero en un mundo donde la queja está a la orden del día. Donde nos cuesta ver la bondad. Podemos encontrar personas voluntarias y deseosas de ayudar.

Nos quejamos mil veces. Convirtiendo nuestras quejas y carencias en nuestra propia realidad. Nuestras propias manifestaciones nos impiden encontrar la felicidad. Porque no sabemos mirar en el lugar adecuado para encontrar la paz y la felicidad.

Un antiguo proverbio persa dice así: «Lloraba porque no tenía zapatos hasta que vi a un hombre que no tenía pies».

El médico francés Albert Schweitzer observó: «No sé cuál será vuestro destino, pero sí sé una cosa: los únicos entre vosotros que serán felices serán aquellos que han buscado y encontrado una manera de servir a otros».

Tal vez la profesión que ejerzo, fisioterapeuta, sea una manera de servir a los demás y me aporte esa felicidad de la cual habla el Dr. Schweitzer. Pero más allá de sentir  la realización personal al realizar una labor de servicio, me gusta ver que en el mundo todavía queda el espíritu humanitario y compasivo. Porque, al verlo, una esperanza brota en mi corazón.

Un recuerdo de esa esperanza me la trajo el otro día Josep Serres. Él se paso por el Centro de Salud SATEM, pidiendo mi servicio. Ha sido muy gratificante poder ayudar a descargar las tensiones musculares de Josep. Mi gratificación no ha sido originada completamente por la realización de mi trabajo.  Sino porque la presencia de Josep, me ha recordado que en todos nosotros está el espíritu humanitario de ayuda al prójimo.

Muchas veces cuando estoy llegando a mi trabajo y cruzo por la plaza de la Cultura veo a Josep. Lo veo ayudando para la sede que tiene la fundación AVAN en Terrassa. La realidad es que desde hace mucho tiempo Josep cada tarde colabora con la entidad, para ayudar a sus miembros. ÉL es voluntario.

Realizar un trabajo voluntario es manifestar una SOLIDARIDAD con mayúsculas.

La palabra voluntario, aplicada a una persona, no significa necesariamente que trabaje sin remuneración, sino que trabaja por propia voluntad, sin imposición exterior. En un ejército, se llama voluntarios a los hombres que se alistan por propia voluntad, sin estar obligados por la ley, o que se ofrecen para cumplir una misión peligrosa o difícil.

Josep Serres es una persona que de siempre ha mostrado su espíritu humanitario. Ese espíritu que le llevo a ser bombero, a realizar rescates como buceador y que ahora le lleva a ser voluntario de diferentes colectivos que sirven a la comunidad.

Es ese espíritu que te impulsa a realizar cosas desde el amor. Aportándote entonces felicidad. Porque la felicidad no es un estado que encuentres en el exterior es una elección que elijes tú.

Siempre está en nuestra mano escoger. Escoges felicidad y amor cuando estás dispuesto a realizar lo máximo que puedas.

Hacer lo máximo que puedas lo han descrito, varios sabios de diferentes culturas, como el hecho de actuar porque amas hacerlo, sin esperar una recompensa a cambio. Es realizar las cosas por el puro placer de hacerlas y disfrutando de cada cosa que llevas a cabo. Es entonces cuando disfrutamos realmente de nuestras vidas, cuando vivimos en plenitud.

Mostrar nuestro espíritu humanitario sin condiciones es lo que nos permite mostrar el amor que llevamos impregnado en nuestro ser y que nos permite escoger ser felices. Grandes sabios y maestros han mostrado esto. Pero las teorías están bien para acercarnos a la idea. Luego esta idea hay que llevarla a la práctica en el día a día de nuestra cotidianidad. Tal como hacen esas personas anónimas que ayudan a los demás con sus actos voluntarios de ayuda humanitaria.

Por ello mis más sincero agradecimiento a Josep y a todas esas personas que con sus actos nos muestran que todavía hay esperanza en la construcción de un mundo mejor.

Jose M. Nebot López

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